El teléfono celular mató al concierto.
Red Hot Chili Peppers tocó en el remozado Estadio Nacional el pasado 14 de setiembre y lo que debió haber sido un conciertón -liturgia del rock'n'roll- fue más que todo una retransmisión generalizada: una masa humana estática levantaba los celulares para grabarlo todo.
Un contrasentido. En vez de vivir el momento, muchos prefirieron registrarlo para subir los videos en Facebook, Youtube, Twitter. Así, los amigos podrían hacer click en "me gusta" e imaginar que se divirtieron en un concierto que ni siquiera disfrutaron porque quien graba no baila.
Peor aún son los resultados. Esos videos terminan siendo fragmentos mamarrachientos de imágenes y audio saturados que no se dejan ni ver ni escuchar bien. Son ataques al tímpano. Cuando me encuentro con alguno de estos en Youtube de inmediato apreto el botón "<". Vade retro. Entonces, el momento diferido tampoco se goza.
A diferencia de otros países, en el Perú los empresarios del circuito musical han creído (no sé si por lucro o huachafería) que es mejor partir la cancha en partes. La de más adelante es híper VIP, seguida por los sucios mesocráticos y los rezagados del fondo.
Lo mejor sería que la cancha sea una sola y los que quieran pagar más que se vayan a la tribuna o a sus palcos. Pero, no. Lo que sucedió fue que las entradas del primer tercio hacia el escenario, "Red", fueron vendidas a S/. 913.34; el sector del medio, "Hot", a S/. 386.67 y las del fondo, "Chili", a S/. 170.
Desde Oriente Alta, donde "vi" el concierto (pues los músicos eran pequeñas figuras abstractas a la lejanía -me parece que Flea tenía un buzo turquesa- y el sonido era tan basuriento que cuando Anthony Kiedis hablaba parecía arameo)* también se podían ver los celulares por cientos levantados unánimes en la primera parte de la cancha. Allí, en el reino del smartphone.
El sector medio también alzaba sus celulares, aunque ya en menor proporción. Los más enchufados al celular eran los que estaban pegados a Red. Esta sección, Hot, no se llenó. Hacia el final de ésta, había espacios vacíos donde una chica revoloteaba con sogas plásticas brillantes, de luces de colores, made in China.
Al fondo, ya eran pocos los que levantaban el celuloide. En realidad, los de la sección Chili fueron los más vacilados: se abrazaban, bailaban en círculos, hacían pogo, daban vueltas. Allí sí se disfrutó en vivo y en directo.
Para todos los demás, se acabó el rock.
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*Menos mal no pagué por la entrada porque sino me hubiera asado. Los tickets llegaron de manera fortuita por alguna de esas cosas del colegaje periodístico...
Ricardo Arce dijo... "Muy acertado, los celulares enmudecen los conciertos. En el concierto de Green Day (que fue apoteosico) el vocalista dijo que si todo el estadio guardaba sus celulares iban a tocar TODA la noche, obviamente nadie le hizo caso. En el de Calamaro, Andres le pidio al publico que vivan el ahora y no a traves de este "ojo magico", tampoco nadie le hizo caso. Sobre los otros puntos, solo para aclarar:
ResponderEliminar1. Aparentemente el audio y video del concierto de los RHCP fue especialmente malo, usualmente es mejor
2. Ahora en muchos conciertos las entradas mas caras ya no estan en la cancha, si no en las tribunas. Poco a poco el Peru avanza".
Es a caso que nuestro país tiene una mayor inclinación por "como se nos ve" , osea... que nos hace tan superficiales? cuál es nuestra necesidad de no ser lo q somos,sino más bien lo que parecemos al punto tal que dejamos de disfrutar de algo por lo que hemos pagado sólo por el goce de sentirnos "admirados" via redes sociales?... qué explica este extraño fenómeno del extremo de la superficialidad y banalidad del peruano?
ResponderEliminarNo creo que sea algo exclusivo de nuestra peruanidad. Más bien, este problema de los celulares en los conciertos se está dando en muchos países. El otro día navegando por la huev vi que había gente que también se quejaba de lo mismo => los conciertos, en todos lados, están perdiendo su fuerza vital por el figurettismo en las redes sociales.
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