miércoles, 13 de mayo de 2009

Los archivos secretos X del Perú se hacen agua


Hurgar en el pasado peruano -en sus periódicos, semanarios, oficios y documentos de estado- es una búsqueda entre grandes vacíos y trabas. Lo que queda está deteriorándose, hecho porquería o en proceso de descomposición. La historia del Perú se está pudriendo.

Por ejemplo, en el Archivo General de la Nación (AGN) ya no es posible leer los periódicos que se almacenaron allí durante tanto tiempo. Es decir, El Comercio, El Peruano, La Gaceta Judicial, entre otros, porque ahora son un masa de papel abombado, hongueado, una pasta de tinta y moho que se desintegra en algún lugar del Palacio de Justicia.

Resulta que hace un año, año y medio, hubo una inundación. No sé dónde estarían guardados estos periódicos, pero bien podrían haber estado en algún sótano, justo debajo de la llave general de agua o de una cañería, o cerca de la troncal del desagüe que emana de tales predios judiciales.

Se nota que la era digital todavía no se ha asomado al AGN ni tampoco a la Biblioteca Nacional (BN). Más allá de los robos, incendios, inundaciones, terremotos y demás catástrofes que puedan acaecerle al registro histórico, si por lo menos hubiera una versión electrónica de tales documentos, la pérdida no sería completa.

Sin embargo, los documentos que hay son los que hay. Ellos mismos son. En la Biblioteca Nacional, el personal no se da abasto para mantener las páginas de los diarios antiguos enteras. Éstas son pegadas con cinta scotch, que con los años se va despegando. Hay páginas que al tacto se hacen polvo, se rompen. Es inevitable.

Lo problemático no solo es el estado actual de los registros, sino también la dificultad de reproducción de éstos. Dada su antigüedad, no se pueden fotocopiar. Entonces, la BN le pide al usuario que costee la elaboración de los microfilms- los primeros 10 cuestan 30 soles y cada copia adicional, un sol. Lo malo es que no es cumulativo. Si el usuario se olvidó de sacar una copia, tiene que recomenzar con otro pago de 30 soles... y así sucesivamente.

En el archivo de El Comercio la copia cuesta S/. 2.72 (¡qué específicos!). Al preguntar porqué cobraban tal suma, me respondieron: "Esta es una institución privada, a diferencia de la BN que sí recibe ayuda del estado. Acá no nos podemos dar el lujo de cobrar 20 céntimos por copia". Plop. Como si los Miró Quesada fueran unos pobrecitos cuya renta se vería desahuciada por las copias que se le saquen a sus diarios archivados.

En el Instituto Riva Agüero de la Universidad Católica tampoco se le puede sacar fotocopia a los diarios antiguos, lo cual es comprensible. No obstante, el único medio para copiar un artículo o una página es la fotografía, y cada una vale cinco soles. Pareciera que todavía trabajaran en fílmico.

En fin-

Hace un tiempo me metí en una polémica con un señor que estuvo en el Hipódromo de Santa Beatriz cuando mataron al dictador Sánchez Cerro, allá por el 33. Él me mandó unas copias sustentando su versión y desde hace unos meses que quiero hacer lo mismo para mostrarle que también existe la posibilidad de que "el Mocho" fuera traicionado por el coronel Rodríguez, quien iba a su lado en el descapotable.

Mientras tanto, me doy cuenta que los registros no se encuentran, están extraviados, putrefactos; y si están, permanecen frágiles y su copiado es caro, a veces burocrático. Para hacer más accesibles y económicos tales documentos, los archivos deberían digitalizarse. & no es que el Perú vaya a salir de su podre a través de la digitalización, pero por lo menos no se va a hundir más en ella.